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EL MAL HÁBITO ALIMENTICIO



El conocimiento que se tiene sobre nutrición y desarrollo cognoscitivo del niño, carece de datos suficientes que permitan establecer con certeza, la interrelación que existe entre desnutrición y rendimiento intelectual del niño en la edad escolar.




En lo que respecta a nutrición y rendimiento intelectual del niño escolar, todavía existen grandes vacíos de conocimiento, debido quizá a la complejidad de los factores comprometidos (genéticos, hereditarios, educativos y nutricionales).




La falta de conocimientos sobre nutrición y alimentación lleva a una incorrecta alimentación ocasionando la desnutrición infantil, la cual se relaciona con aspectos económicos, demográficos y de costumbres del hogar, afectando a la población escolar en todos sus aspectos, psíquicos y emocionales.



Una alimentación sana implica una mejor calidad de vida, por eso siempre es importante saber cómo debemos comer para garantizar nuestra salud. El rendimiento del niño en la escuela dependerá en grado sumo de las facilidades físicas existentes y de la capacidad pedagógica e interés de los maestros por desarrollar en sus educandos todo su potencial intelectivo.


Se puede asumir que si un niño llega a la edad escolar después de haber padecido desnutrición crónica en sus primero años, retardo en el crecimiento y atraso en su desarrollo cognoscitivo, es bien probable que su rendimiento educativo se vea afectado negativamente en alguna forma e intensidad.


Al parecer, las nuevas generaciones no está al tanto de estas opciones alimenticias, que podrían ayudarles a lograr un mejor desempeño, tanto en la escuela como en su vida diaria. 






Por lo tanto llevar una alimentación excesiva produce enfermedades como obesidad, diabetes, trastornos cardiovasculares, hipertensión arterial y algunos tipos de cáncer. La alimentación deficiente ocasiona desnutrición, anemia, entre otras enfermedades.

Es fundamental saber transmitir una correcta cultura nutricional en la infancia, ya que durante la misma se definen aspectos físicos y psicológicos determinantes.
La alimentación proporciona los nutrientes necesarios para el crecimiento físico y compone un factor importancia al crear unos hábitos alimentarios, los cuales a su vez, son propios del desarrollo psicosocial.

Un ambiente desfavorable, al igual que una alimentación inadecuada pueden impedir que un individuo logre su potencial, lo cual no sólo afecta de manera negativa sobre su estatura y fuerza física, sino también sobre la capacidad del rendimiento escolar, el desarrollo intelectual y en el futuro en su trabajo y familia.




En la actualidad en la mayoría de la población infantil en edad escolar es evidente el desarrollo de una serie de malos hábitos alimenticios, como el aumento en el consumo de comida chatarra y procesada, mientras que la comida casera y los alimentos de origen natural parecen estar siendo eliminados. 




El efecto de una buena alimentación no solo debe entenderse como una necesidad inmediata condicionante fundamental del correcto aprendizaje, sino también con criterio prospectivo.

La alimentación se puede definir como el conjunto de procesos biológicos y psicológicos relacionados con la ingesta de alimentos, y que el organismo obtiene los nutrimentos necesarios con el objetivo de llevar una vida plena.